Caracas, 14 Ago.- "Los hicimos volver a la Constitución", le
dijo el 3 de junio el presidente Hugo Chávez a su entonces ministro de
Comunicación e Información, Jesse Chacón, ante el inminente anuncio por
parte del Consejo Nacional Electoral (CNE) de que las firmas recogidas
por la derecha para intentar revocar su mandato eran suficientes para
dar inicio al referéndum realizado el 15 de agosto de 2004, hace
exactamente nueve años.
Ese 3 de junio, dos meses antes del referéndum, Chávez ofreció desde
Miraflores un recordado discurso caracterizado por la inclusión de
elementos históricos y culturales que trazaron la estrategia de la
campaña por el "NO" contra el revocatorio activado por una airosa
oposición que, para la fecha, había recabado 2.451.000 firmas.
El ambiente estaba "cargado", recordó Chacón en conversación con AVN.
Manifestó que el día del anuncio de la certificación de las firmas, por
parte del CNE, se reunió temprano con el presidente Chávez en
Miraflores para trabajar en el discurso de ese día.
A Chacón le preocupaba la desazón e incluso la molestia del pueblo
chavista que, tras un golpe de Estado y otro económico, estaba frente a
un nuevo intento para derrocar al presidente, esta vez con un mecanismo
promovido por Chávez y previsto en la Constitución aprobada por el voto
popular en 1999.
En este ambiente, sazonado con los vítores de triunfo de la
oposición, el presidente Chávez se reunía con su ministro a revisar las
proyecciones que ya los técnicos manejaban con respecto a la activación
del referéndum.
Fue allí donde le dijo: "Los trajimos, los hicimos volver a la Constitución".
La explicación se comprende luego en el discurso ofrecido por el
primer mandatario: "La figura del referéndum revocatorio ha sido siembra
nuestra, y me siento humildemente como uno de los sembradores de esa
siembra, de esa figura, para darle forma a un nuevo modelo democrático
en Venezuela (...) Este día histórico de un triunfo de todos, de un
triunfo de un pueblo que ha impuesto su voluntad, del triunfo de una
Constitución que ha impuesto su designio, del triunfo de Dios, que nos
señala el camino, de la siembra de una nueva Patria".
Batalla de Santa Inés
En esa reunión, realizada en lo que Chacón llama el salón dos en
Miraflores, recuerda que Chávez le dijo: "Mira, Jesse, hoy no vamos a
hacer este discurso sentados, tiene que ser de pie".
Seguidamente pidió al teniente Morales, quien era su asistente
personal en ese momento, buscar en La Casona un viejo libro que
reseñaba el poema de Florentino y el Diablo, de Alberto Arvelo
Torrealba, y a Chacón le solicitó buscar el libro que sobre la Guerra
Federal escribió el general Jacinto Pérez Arcay.
Luego, Chávez miró a su alrededor y se detuvo en el cuadro de Cristo
y después en el de Simón Bolívar, seguido del de Antonio José de Sucre y
uno de José Antonio Páez.
"Él dice: vamos a comenzar con Cristo revolucionario", recordó
Chacón, en alusión a la manera como el Presidente marcó cuál debía ser
la dirección de cámara al momento de la transmisión del discurso.
"De aquí nos vamos con el otro gran revolucionario que fue Bolívar, luego vamos a Sucre", siguió ordenando el Presidente.
En el repaso al espacio se encontró con un busto de Ezequiel Zamora y
es allí cuando, con todos estos referentes, convoca a la "Batalla de
Santa Inés", el primer paso a la agitada campaña de 2004,
caracterizada por la inclusión -por primera vez- de las "unidades de
batalla electoral", integradas por la comunidad organizada y no por
partidos políticos.
Con respecto a este discurso, Chacón dice: "Yo conocí al presidente
desde los 17 años y para mí, el mejor discurso de él fue el de esa
noche".
Comentó que el anuncio sobre las firmas se hizo a las 4:00 de la
tarde, aproximadamente, y el discurso del presidente fue pasadas las
7:00 de la noche.
"Hubo un cambio completo en el clima. Después de ese discurso la oposición no pudo levantar cabeza".
Triunfo del bien sobre el mal
En el discurso, los referentes históricos se fueron hilando hasta
llegar a la Batalla de Santa Inés: "En este libro, Florentino y el
diablo, yo no sé por qué se me parece tanto la situación que estamos
viviendo, claro que no en la guerra militar afortunadamente sino en la
guerra política, se me parece tanto a la campaña de Santa Inés, tanto se
me parece que hoy anuncio a los venezolanos que me convierto en el
comandante de la campaña de Santa Inés, a partir de hoy hasta el día del
referéndum revocatorio, la campaña de Santa Inés, hacia allá vamos
porque tiene para mí un gran parecido, esto de la acción retrógrada de
ir canalizando a la fuerza adversaria para la batalla definitiva. La
batalla será el referéndum revocatorio", dijo Chávez aquel 3 de junio.
En esa batalla de la Guerra Federal, Zamora se fue replegando desde
la capital de Barinas hasta llegar a Santa Inés y allí venció a las
tropas de la oligarquía de entonces.
"Zamora muy inteligentemente había preparado posiciones retrógradas y
condujo un modelo de operación retardatriz hasta las sabanas de Santa
Inés, hasta el trapiche de Santa Inés, hasta la selva de Santa Inés allá
en ese bonito pueblo, en la ribera derecha del río Santo Domingo. Y fue
allí entonces, después de haberlos atraído y canalizado hacia Santa
Inés, donde Ezequiel Zamora lanzó el contraataque y fulminó a las tropas
de la oligarquía conservadora y fue cuando ocurrió la célebre batalla".
Tras este comentario, Chávez acude a los versos de Alberto Arvelo
Torrealba, barinés quien "dicen se inspiró en Zamora, se inspiró en
Santa Inés, cuando escribió la gran obra, unas de sus grandes obras:
Florentino y el diablo."
Luego de esto, comenzó a citar de memoria los versos de esta larga copla que forma parte de la literatura venezolana.
"Sepa el cantador sombrío que yo cumplo con mi ley y como siete
elecciones he ganado una octava les ganaré allá en las sabanas de Santa
Inés", declamó Chávez, un verso de Arvelo que modificó para el discurso.
"Ciertamente las fuerzas de la oposición, no me refiero a los
venezolanos que militan a la oposición, sino esas élites de la oposición
conspiradora tienen mucho de ese diablo, ese diablo que lanza un reto,
yo lo acepto, yo lo acepto. Y como yo además sé, y esto deben saberlo
todos los venezolanos de buena voluntad, no sólo quienes me siguen sino
todos los venezolanos con cuatro dedos de frente que esta batalla va
mucho más allá de Venezuela, que la administración de los Estados Unidos
está detrás de estos dirigentes de oposición y que el señor George W.
Bush, sombrero negro, caballo negro y bandera negra, es el verdadero
instigador, el verdadero planificador e impulsor de todos estos
movimientos que han arremetido contra nosotros, pues le digo que yo
acepto el reto, a nombre de la dignidad del pueblo venezolano, y estoy
contento, estoy muy contento de que en vez de golpes, en vez de estar
planificando invasiones, en vez de estar planificando incursiones
paramilitares, que la oposición hoy esté reunida para planificar el
referéndum revocatorio, eso me parece una buena señal dentro de este
camino democrático".
A esto, Chacón agrega que la idea de Chávez fue demostrar que esta
nueva "batalla" era entre el bien y el mal. Era entre Florentino y el
Diablo y que, nuevamente, el catire Florentino, representado en el
pueblo, saldría triunfante.
El discurso trazó la estrategia que conceptual, estratégica y
comunicacionalmente ha sido la mejor campaña de la Revolución
Bolivariana, señaló Chacón.
"Como esa no ha existido otra y creo que es el mejor discurso; una
pieza oratoria que cambió el clima sociopolítico. Es una pieza que todo
el mundo debería ver", exhorta.
Chacón recordó que esta fue la campaña de la canción "Uh! Ah! Chávez
no se va", del grupo Madera, de las llamadas directas a las unidades de
batalla electoral por parte del presidente, del color rojo para todos
los partidos aliados, del Comando Maisanta dirigida por el propio Chávez
y la que el 15 de agosto, aún con las firmas recabadas que pretendían
dar al traste con la Revolución, logró que 5.800.629 ciudadanos
ratificaran el mandato del líder revolucionario.
Fuente: AVN
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