Para Desireé Santos Amaral el 27 de Febrero de 1989 fue el inicio de
todo, fue el inicio del cambio, fue el inicio de la revolución
A Desireé Santos Amaral, periodista, diputada y
presidenta del Sistema Radio Mundial, le tocó cubrir como reportera del
diario Ultimas Noticias y de Radio Rumbos el estallido social del 27 de
febrero de 1989 cuando el pueblo se alzó en rechazo a las medidas
neoliberales del segundo mandato de Carlos Andrés Pérez (CAP), por lo
que fue testigo de primera mano de los acontecimientos que más tarde
llevarían a Hugo Chávez al poder, cambiando definitivamente el rumbo de
la historia de la Patria de Bolívar.
A finales de los años 80 Fundacredesa estimaba que en Venezuela había un 80% de pobreza entre crítica y relativa.
“Era un país muy pobre y había mucha violencia del
Estado hacia los sectores populares. Reprimían a los viejitos y a todo
aquel que manifestara su descontento”, relata Santos Amaral.
En aquella Venezuela la gente sancochaba los
espaguetis y con esa agua preparaban los teteros , o se veían obligados a
comer Perrarina porque era más barata que la carne, ya que los
gobiernos de entonces no se ocupaban de las tristezas de su pueblo.
Desireé recuerda aquella saudita toma de posesión con la que Carlos Andrés Pérez asumió su segundo mandato.
“Fue tan increíblemente apoteósica que se le bautizó como la coronación”.
El 2 de febrero de 1989, por breves momentos, pareció
como si hubiese retornado la Gran Venezuela, del primer gobierno de
Carlos Andrés Pérez, y de los tiempos del ta’ barato dame dos, con la
imponente recepción presidencial que se realizó en los espacios del
teatro Teresa Carreño.
Pero no pasó mucho tiempo para que la ilusión se
transformara en pesadilla. El 16 de febrero Carlos Andrés Pérez anunció
un penoso paquete neoliberal, con el que Venezuela empezaba a transitar
su irreversible camino hacia el 27 de febrero.
Pérez había prometido volver a los años de la “Gran
Venezuela” durante su campaña electoral, y nunca se refirió a ajustes
neoliberales.
“Hubo la que llamamos la tripartita (o trimaldita)
donde participaba Fedecámaras, la CTV y el gobierno, que apoyó la
implementación de la receta neoliberal”, recuerda la periodista.
A Pérez no le tembló el pulso para implantar las severas medidas que le impuso el FMI, traicionando su
promesa electoral al decretar grandes sacrificios para el pueblo que había confiado en él.
Desireé considera que el 27 de febrero fue una respuesta contra el neoliberalismo.
“Fue el inicio de todo, fue el inicio del cambio, fue el inicio de la revolución”.
Venezuela ya no sería la misma después de aquella
insurrección popular, y considera que lo que hoy está ocurriendo en
Europa, Venezuela lo protagonizó hace 26 años.
También acapararon
Previo al 27-F no había nada. Todo escaseaba y cuando
el pueblo salió a las calles desahogando su rabia contenida, descubrió
que todo estaba acaparado.
Desireé explica que en aquella oportunidad hicieron
lo mismo que hoy hace la burguesía comercial, pero en esta ocasión hay
un gobierno que respalda a los sectores populares y hay un pueblo
consciente de lo que ocurre.
“El pueblo esta pacientemente resistiendo porque sabe
que no es el gobierno el responsable de la situación, es una guerra
económica de esos sectores que nos adversaron y que todavía hoy nos
adversan”.
Satanizaron la protesta
Desireé recuerda que fue la televisión quien primero auspició los saqueos y luego satanizaron la protesta del pueblo.
“Los medios televisivos fueron cómplices de la masacre terrible que hubo”, denuncia.
El gobierno de Carlos Andrés Pérez suspendió las
garantías constitucionales el 28 de febrero de 1989, lo que jamás hizo
el Comandante Chávez, ni siquiera en los difíciles tiempos del golpe de
estado de 2002.
En Consejo de Ministro se decretó el “toque de queda”
y la suspensión de las garantías establecidas en la Constitución
venezolana de ese entonces: libertad individual (artículo 60.1, 2, 6 y
10); inviolabilidad de domicilio (artículo 62); libertad de tránsito
(artículo 64); libertad de expresión (artículo 66); derecho a reunión
(artículo 71) y derecho a la manifestación pacífica (artículo 115). Las
garantías constitucionales serían restablecidas el 22 de marzo de 1989.
“Es la gran diferencia que existe hoy, porque con la
Constitución Bolivariana no se puede suspender la libertad de expresión
en ningún momento, producto de ese gran debate que se generó con la
Constituyente. Hoy la libertad de expresión es absoluta”.
Desireé resalta que la revolución tiene el respaldo de un pueblo que está consciente que no puede volver al pasado.
“Salgo con susto”
Con la suspensión de las garantías arreció la
represión y el ajusticiamiento a aquel pueblo que recorría Caracas
todavía insurrecto.
“Aquello fue toda una semana de brutal represión”, rememora.
Los periodistas, médicos, militares, y cualquiera que
por su labores necesitase salir en las horas del toque de queda, tenía
que poseer un salvoconducto.
“¡Cómo sería aquello de salir con el salvoconducto,
que lo llamábamos el ‘salgo con susto’. Te apuntaban en la calle,
estábamos arriesgando la vida. Nunca habíamos vivido algo así”.
Recuerda cómo en el Barrio 19 de Abril cuando se acabaron las bombas lacrimógenas empezaron a dispararle al pueblo.
“Esos fueron momentos demasiado dolorosos. Yo vi en
toda Caracas cómo caían los muertos. Más que reporteros éramos
auxiliares de aquel pueblo que estaba siendo masacrado. Cantábamos el
himno nacional para que se detuvieran los abusos y con la bandera
tratábamos de protegernos”.
A Desireé le tocó velar a su sobrina que murió el 3 de marzo en toque de queda.
Génesis de una revolución
Petra Bello fue una de las tantas madres cuyo hijo se
desapareció a causa de aquella brutal represión. Petra iba de pueblo en
pueblo en busca de su hijo que nunca encontró. En aquel entonces
Desireé escribiría un reportaje titulado “Petra busca en cada negro el
rostro de su hijo Juan”.
También escribió la nota sobre la muerte del mayor
Felipe Acosta Carlez, gran amigo del comandante Chávez, quien falleció
en El Valle el 28 de febrero de 1989 a causa de una bala perdida.
Felipe, conocido como “El Catire” Acosta Carlez,
junto a Chávez hizo el juramento en el histórico Samán de Güere, estado
Aragua, un 17 de diciembre de 1982, para luchar contra el puntofijismo
neoliberal que oprimía y mantenía al pueblo en la miseria y la
exclusión.
Y hay quienes creen que aquello no fue producto del
azar, sino que tuvo que ver con su postura bolivariana, en aquel
Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200) que comenzaba a
gestarse.
A raíz del 27 febrero un grupo de militares dentro de
las Fuerzas Armadas tomó conciencia y prometió que más nunca los
soldados saldrían a masacrar a su pueblo. Era la génesis de una
revolución. De esa reflexión surgió Chávez, el Movimiento Bolivariano
Revolucionario 200 y el 4 de febrero de 1992.
El propio Chávez relataría que su insurrección
militar tomó cuerpo tras aquella masacre, que sacudió el alma de los
soldados hijos de Bolívar, quienes no querían tener sobre sus hombros la
sentencia del Padre de la Patria: “Maldito el soldado que apunta su
arma contra su pueblo”.
Derechos humanos
Los grandes emporios mediáticos están vendiendo al
mundo la matriz de que en Venezuela se violan los derechos humanos. A
Desireé, que le tocó salir a cubrir aquella terrible masacre, opina que
con la revolución la situación de los derechos humanos cambió para bien.
Y ante la reciente muerte del liceísta Kluiverth Roa
en la ciudad de San Cristóbal, Santos Amaral repudia este atroz hecho y
está convencida de que habrá castigo ante cualquier exceso policial.
“Nosotros repudiamos cualquier tipo de acción de ese
tipo. Pero también repudiamos a los que buscan usar esta tragedia para
generar más violencia”.
Sostiene que hoy existe una absoluta diferencia en torno al respeto a los derechos humanos.
“¿Cuántos periódicos fueron cerrados durante toda esa
época, cuántas emisoras fueron allanadas, cuántas manifestaciones
disueltas violentamente, cuántos periodistas detenidos o muertos?”, se
pregunta Santos Amaral.
En aquellos días sin garantías constitucionales fue un tiempo negro para la prensa. Hubo incluso sensores en los medios.
“Nuestro pueblo tiene mucha dignidad y ha aprendido a defender la paz y esa garantía se la da solo el gobierno revolucionario”.
No cree que pese a la guerra económica ocurra un
estallido social, porque la revolución ha garantizado derechos que el
pueblo no tuvo en el pasado. Venezuela es un país que en tiempos del
chavismo ha logrado cumplir casi todas las Metas del Milenio. La mayoría
del pueblo tiene agua potable, acceso a la educación gratuita, a la
salud, vivienda, y un gran legado de satisfacción social heredado del
Comandante Chávez y que se ha mantenido con el presidente obrero Nicolás
Maduro.
“Somos un país referencia de los pueblos libres y es
por eso que la derecha nacional e internacional quieren impedir esta
revolución, para que ‘nuestro mal’ ejemplo no pueda prosperar. Tenemos
que luchar por la paz y por la revolución, porque la esperanza del mundo
está puesta en nuestro país”.
El Paquete de CAP
La receta fondomonetarista que implementó Carlos Andrés Pérez en 1989 significó la aplicación de las siguientes medidas:
* Liberación de los precios de todos los productos a excepción de 18 renglones de la cesta básica.
* Anuncio del incremento inmediato de las tarifas de
servicios públicos como teléfono, agua potable, electricidad y gas
doméstico.
* Aumento anual en el mercado nacional durante 3 años
de los precios de productos derivados del petróleo, con un primer
aumento promedio del 100% en el precio de la gasolina.
* Aumento inicial de las tarifas del transporte público en un 30% las que a la final subieron en 100%.
* Eliminación progresiva de los aranceles a la
importación, es decir abrió el mercado nacional a los intereses
transnacionales en detrimento de la producción nacional.
* Reducción del déficit fiscal a no más del 4% del
Producto Interno Bruto, lo cual no se cumplió es mas el déficit del PIB
en lugar de disminuir aumento.
* Congelación de cargos en la administración pública
(Esto sirvió para la creación de la figura de contratados en la
administración pública).
* Aumento de 30 % a los empleados públicos.
* Privatización de las empresas públicas, los casos más emblemáticos fueron la Cantv y Viasa.
Fuente: ecopopular
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