IVIC formó parte de la delegación
venezolana que asistió a la Convención de Minamata, realizada en Japón, en la
que se promovieron regulaciones de uso de este metal
El mercurio es un metal pesado,
altamente tóxico, que es liberado al ambiente por la minería artesanal de oro a
pequeña escala, combustión de carbón mineral,
plantas de cloro soda con tecnología asociada, residuos sólidos y a
través de la industria del cemento.
Reducir el uso de mercurio en la
elaboración de productos de consumo y derivados de las distintas actividades
que afectan la salud humana y los ecosistemas fue el objetivo de la Conferencia
de Plenipotenciarios de la Convención de Minamata sobre el Mercurio, convocada
recientemente por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente en
Minamata, Japón.
Los 92 países asistentes al encuentro,
entre ellos la República Bolivariana de Venezuela, suscribieron el convenio que
obliga a los países firmantes a reducir sus emisiones anuales de mercurio y a
promover formas adecuadas de almacenamiento y de eliminación de este elemento
altamente nocivo, informó un boletín de prensa emitido por el Ministerio del
Poder Popular para el Ambiente (Minamb).
Este tratado es el primero que se firma
para regular las emisiones y liberaciones al ambiente de un elemento en
particular y ocurre después de 10 años de la firma del último convenio de
regulación de químicos.
Tibisay Pérez, investigadora del
Laboratorio de Química Atmosférica del Instituto Venezolano de Investigaciones
Científicas (IVIC) y miembro de la delegación criolla que participó en la
Convención, informó que la mayor fuente de contaminación por mercurio en todo
el mundo, específicamente un 37%, proviene de emisiones a la atmósfera y
liberaciones (efluentes líquidos) generadas por la minería de oro artesanal,
mientras que un 24% es derivadas de la quema de carbón mineral.
Pérez refirió que los trabajadores y
familias que participan en minerías de oro artesanal están expuestos a la
contaminación por mercurio de varias maneras, incluyendo la inhalación durante
la fundición, es por ello que la Convención reconoció que las emisiones y
liberaciones provenientes de estos procesos no son solo un problema ambiental
sino que además son de tipo social y “requieren de acciones integrales para
solucionarlo”.
En tal sentido detalló que la Convención
planteó la necesidad de crear Planes de Implementación Nacionales que se adecúen a las realidades de cada país.
La Convención entrará en vigencia 90
días después de que al menos 50 países y territorios la hayan ratificado. Se
espera que el Convenio pueda entrar en vigencia para el 2016. Luego de
confirmar este tratado, los países signatarios deben crear legislaciones
internas necesarias para cumplir con los compromisos derivados de la
Convención.
Por otra parte, de conformidad con las
disposiciones del Convenio de Minamata, los gobiernos acordaron prohibir, antes
de 2020, la producción, importación y exportación de una variedad de productos
que contienen mercurio.
Se pudo conocer que los países deberán
acogerse a la prohibición en cuanto a exportación e importación de algunas
baterías, interruptores y relés, ciertos tipos de lámparas fluorescentes
compactas (LFC), lámparas fluorescentes de cátodo frío y lámparas fluorescentes
de electrodo externo, así como algunos jabones y cosméticos y ciertos tipos de
dispositivos médicos no electrónicos (termómetros y tensiómetros) que contienen
mercurio.
Habría algunas excepciones, como las
vacunas en las cuales se utiliza mercurio como conservante y aquellos productos
utilizados en actividades religiosas o tradicionales. Por otro lado, los
delegados acordaron una eliminación gradual del uso de las amalgama dentales de
mercurio.
La Convención tendrá acciones
específicas para el sector de salud y se regirá por el principio de las
Naciones Unidas de “Responsabilidades comunes pero diferenciadas” en su
implementación.
Acciones
venezolanas
La República Bolivariana de Venezuela
asumió, por decisión del Presidente Nicolás Maduro, el compromiso como país
signatario por intermedio de Ministerio del Ambiente, demostrando así la
voluntad política de salvaguardar el ambiente y la salud humana.
La investigadora del IVIC señaló que ya
nuestro país ha tomado medidas para disminuir el uso del mercurio, las cuales
fueron señaladas en el evento internacional por el viceministro de Conservación
Ambiental del Minamb, Jesús Castillo Golding, quien fue el encargado de la
firma del convenio.
“Venezuela ratificó el compromiso que
tiene con el ambiente. Se han tomado acciones para reducir el uso de mercurio,
tales como la eliminación del uso de los termómetros con contenido de mercurio
en las incubadoras y el uso de mercurio en las plantas de cloro soda del sector
petrolero y petroquímico. Ha incorporado estándares muy bajos de contenido
mercurial en los bombillos ahorradores y continúa realizando esfuerzos de
reducción, reciclaje y almacenamiento en todos los procesos de la industria
eléctrica” indicó Pérez.
En ese sentido, dijo, corresponde ahora establecer una estrategia
nacional para abordar las necesidades tanto de investigación como de
implementación de los compromisos que se tendrán que asumir a la hora de
ratificar la Convención.
La comitiva venezolana que asistió a
Minamata también contó con la presencia de Genoveva Campos, representante de la
Oficina de Asuntos Multilaterales y de Integración del Ministerio del Poder
Popular para Relaciones Exteriores; Jorge Arturo Reyes, funcionario de la
Dirección de Asuntos Internacionales del Ministerio del Poder Popular para la
Energía Eléctrica; Isis Solórzano, miembro de la Consultoría Jurídica del
Ministerio del Poder Popular para la Energía Eléctrica; y Bertha Capella,
representante de la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Japón.
Consecuencias en la salud
El mercurio es
uno de los diez productos químicos que más preocupación genera en materia de
salud pública y una de las sustancias que se dispersa y permanece en los
ecosistemas durante generaciones, causando graves problemas de salud y
discapacidad intelectual a las poblaciones expuestas.
Hace más de un
siglo que se conocen los efectos del mercurio en el sistema nervioso humano.
Otros de los posibles efectos son la disminución de las funciones tiroidea y
hepática, irritabilidad, temblores, alteraciones de la visión, pérdida de
memoria y problemas cardiovasculares.
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