jueves, 26 de enero de 2012

Estudian los efectos de la erosión en costas venezolanas

Si algo afecta el equilibrio ambiental del planeta es la erosión, entendida como el proceso de degradación de la superficie terrestre como consecuencia de eventos naturales o la intervención humana. Este fenómeno ocurre con frecuencia en las zonas costeras, debido a la presión ejercida por el oleaje, los vientos y las mareas.

De hecho, la erosión costera se ha transformado en un problema mundial que amenaza la estabilidad biológica, ecológica y socioeconómica de playas, ríos y lagos, y pone en riesgo a los ecosistemas tropicales característicos de esas áreas, como los bosques de manglar. Estos árboles resistentes a la sal no solo sirven como barrera protectora contra la erosión costera, sino que además pueden ser utilizados como indicadores de cambios en las costas.

En el marco de la cooperación científica y tecnológica entre las Repúblicas de Venezuela y Belarús, el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) y la empresa Geoinformation Systems de la Academia Nacional de Ciencias de Belarús, adelantan un proyecto conjunto dirigido a valorar los riesgos ecológicos y pronosticar los cambios en el entorno producidos por la erosión costera.

Luz Esther Sánchez, jefa del Laboratorio de Protección y Manejo de Cuencas, adscrito al Centro de Estudios Botánicos y Agroforestales del IVIC en el estado Zulia, informó que el objetivo principal de la iniciativa es “estimar el riesgo y vulnerabilidad por erosión en los ambientes costeros de nuestro país, mediante el uso de sistemas de información geográfica, herramientas de teledetección o percepción remota y modelos de predicción”.

Con el fin de generar un modelo de predicción de degradación y riesgo de erosión adaptado a las condiciones propias de los litorales venezolanos, los datos satelitales obtenidos a través de dichas tecnologías de información espacial serán combinados con estudios detallados de campo efectuados en las dependencias federales Archipiélago Las Aves (Islas Barlovento y Sotavento), Archipiélago Los Roques, Archipiélago La Orchila, Isla La Blanquilla, Isla Los Hermanos e Isla de Patos; en el litoral rocoso de los estados Aragua, Miranda, Anzoátegui y Vargas, y en litorales bajos como los ubicados en la alta Guajira.

Como se recordará, Las Aves, Los Roques y la Orchila fueron declarados Territorio Insular Francisco de Miranda vía decreto presidencial Nº 8.549, publicado en la Gaceta Oficial Nº 39.797 del 10 de noviembre de 2011, “de allí la importancia histórica de este proyecto. Las últimas expediciones de esta índole se realizaron en las décadas de 1940 y 1950, así que se trata de acampar por semanas en sitios donde pocos han estado debido a la ausencia de servicios básicos como agua y luz” explicó Sánchez.

El proyecto incluye la capacitación de personal venezolano en el uso de sistemas de información geográfica, la determinación de áreas potenciales a procesos de erosión, la evaluación de tasas de erosión, el análisis de mapas e imágenes de satélite, la aplicación del modelo propuesto a las áreas piloto y la capacitación de las autoridades competentes sobre el protocolo de uso del modelo ajustado a la realidad nacional. Por ello, se cuenta con el apoyo de pescadores de la zona, así como representantes del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, la Armada Bolivariana y el Servicio de Hidrografía y Navegación de Venezuela.

También se prevé la creación de una sala de geomática en la sede del IVIC-Zulia para apoyar futuras investigaciones locales y nacionales. “Nuestro trabajo demostrará el papel que juega la ciencia en el bienestar de la población venezolana al brindar una herramienta útil para la construcción de obras a nivel costero y la planificación socioeconómica con menos incertidumbre” dijo.


Los manglares funcionan como termómetros ambientales debido a su capacidad para adaptarse a los cambios ocurridos en el hábitat costero. Además de proteger contra la erosión costera y servir de escudo natural contra las inundaciones, los manglares suministran agua, comida y medicina, al tiempo que albergan una gran variedad de animales. Pese a su relevancia ecológica, la Tierra ha perdido 20% del área total de manglar, de acuerdo con el informe Los manglares del mundo 1980-2005, divulgado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en 2008. Según la FAO, más del 90% de los manglares de Suramérica se concentra en cinco países: Brasil, Colombia, Ecuador, Suriname y Venezuela.

En el caso específico de nuestro país, existen leyes que amparan la situación de los manglares. Tal es el caso de la Convención Ramsar Relativa a los Humedales de Importancia Internacional Especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, aprobada en 1971 (Gaceta Oficial Nº 34.053 del 16/09/1988); la Ley Orgánica de los Espacios Acuáticos e Insulares de Venezuela (Decreto Nº 1.437, Gaceta Oficial Nº 37.290 del 25/09/2001); la Ley de Zonas Costeras (Decreto Nº 1.468, Gaceta Oficial Nº 37.319 del 07/11/2001); y las Normas para la Protección de los Manglares y sus Espacios Vitales Asociados (Decreto Nº 1.843, Gaceta Oficial Nº 34.819 del 14/10/1991).








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