El dióxido de carbono
(CO2),
así como el vapor del agua, el metano y otros gases de efecto invernadero,
permiten que la Tierra mantenga una temperatura atmosférica confortable. Sin
embargo, en los últimos años el incremento de CO2 generado por la actividad
humana -principalmente la quema de combustibles fósiles y la deforestación- ha
alterado el equilibrio natural del planeta.
Las plantas cumplen
un papel fundamental en el mantenimiento de ese balance ambiental, pues
mediante el proceso de fotosíntesis la materia inorgánica (CO2 y
nutrientes) se transforma en materia orgánica usando la energía aportada por el
Sol. Esta materia orgánica constituye los tejidos de los diferentes órganos de
la planta, entre los cuales destaca la hoja. Una vez muerta, la hoja se
descompone y vuelve a liberar sus elementos inorgánicos, generando el ciclo de
la materia orgánica y emitiendo CO2 durante la descomposición.
En la cuenca del río
Ocumare, en el estado Aragua, el Instituto Venezolano de Investigaciones
Científicas (IVIC) adelanta estudios sobre el efecto del cambio climático a
partir de la descomposición de hojarasca, con el fin de determinar las
interacciones entre el cambio del clima y la liberación de CO2 desde
la hojarasca.
“Debido al actual
desequilibrio natural que en un futuro cercano se intensificará si no se
ejercen acciones contundentes, estamos ejecutando un proyecto financiado por el
Programa de Estímulo a la Investigación e Innovación (PEII) del Ministerio del
Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Innovación, para aportar soluciones
concretas ajustadas a las necesidades de nuestro país” explicó el Dr. Carlos
Méndez, investigador del Laboratorio de Ecofisiología Vegetal del Centro de
Ecología del IVIC.
Según el
especialista, uno de los objetivos principales de la investigación es observar
si los bosques secos del país serán capaces de ocupar el espacio de los bosques
húmedos montanos a causa del cambio climático. De ser así, analizarán la
emisión de CO2 hacia la atmósfera provocada por la descomposición de hojarasca.
Ciclo
de la naturaleza
La descomposición de
hojarasca es un proceso esencial para los ecosistemas, en particular para el
ciclado de la materia orgánica y los nutrientes. Cuando una hoja cae al suelo
es atacada por microorganismos, los cuales utilizan la materia de la hoja para
obtener energía desprendiendo CO2 y agua.
Otro de los aspectos importantes de la propuesta es conocer la
riqueza de los descomponedores primarios (hongos) presentes en la hojarasca de
las especies con capacidad de desplazamiento altitudinal. En este sentido, se
cuenta con la participación de la Dra. Fanny Carreño, bióloga de la Universidad
Central de Venezuela (UCV), quien hará la determinación molecular de las
unidades operacionales fúngicas que descomponen las hojas caídas y degradan su
celulosa. Para ello, Carreño extraerá el ácido desoxirribonucleico (ADN) de
discos de hojas en descomposición y realizará la identificación de las unidades
operacionales utilizando la técnica de amplificación por reacción en cadena de
la polimerasa (PCR), electroforesis de gel en gradiente desnaturalizante (DGGE)
y secuenciación automatizada.
Por su parte, el Dr.
José Montoya, del Laboratorio de Ecología de Suelos del Centro de Ecología del
IVIC, explicó que los análisis moleculares permitirán conocer la variación de
la biodiversidad de los descomponedores en diferentes escenarios, tanto en los
bosques húmedos como en los secos.
Montoya señaló que a
nivel experimental, están usando bolsas de hojarasca para seguir de cerca el
proceso de descomposición y los cambios ocurridos en la composición del
ensamblaje de hongos descomponedores. Adicionalmente, se trasplantará hojarasca
proveniente de los bosques en diferentes gradientes altitudinales de la cuenca
aragüeña.
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