Los investigadores no usan aditivos químicos, surfactantes, cloro,
ozono u otros componentes dañinos para la salud.
Descontaminar afluentes de
origen industrial y doméstico empleando luz solar como fuente de energía
alternativa y ecológica, es el objetivo del colector solar parabólico diseñado
y construido en el país por especialistas del Instituto Venezolano de
Investigaciones Científicas (IVIC).
Como parte de las múltiples
bondades que ofrece esta herramienta se encuentra la eliminación de bacterias,
moléculas cancerígenas, microorganismos, metales pesados e impurezas alojadas
en el agua.
Es importante señalar que el
agua cubre tres cuartas partes de la superficie de la tierra. El 3% de su
volumen es dulce, del cual el 1% está en estado líquido (ríos y lagos) y el 2%
restante se encuentra congelado. Si bien es cierto que Venezuela está entre los
primeros 15 países del mundo con mayor producción y disponibilidad de agua
dulce, resulta relevante mencionar que en el país se estima un consumo por
persona de 450 litros por día, esto, sin sumar lo que se gasta en un baño, al
lavar las prendas de vestir o las vajillas de la cocina.
Ante esta realidad, y en pro
de mantener los afluentes en buen estado, el investigador y jefe del
Departamento de Fotocatálisis y Energías Alternativas del IVIC, Juan Matos,
diseñó un equipo totalmente ecológico y netamente criollo, el cual, dependiendo
de sus longitudes, puede purificar grandes cantidades de agua.
“Con un colector de sólo 1 m2
podemos tratar hasta 250 litros de agua en un día, por lo que el diseño de una
plataforma solar de tan sólo 10.000m2 (100mts x 100mts) permitiría
el tratamiento de hasta 2 millones y medio de litros de agua diaria, es decir,
suficiente para algo más de 5.500 personas”, explicó el investigador.
Se trata de un sistema
fotocatalítico hecho con una base de hierro, una serie de láminas de aluminio
electro pulido en forma de parábolas que retienen la luz solar y al estar en
contacto con nanomateriales híbridos a base de carbono, desencadenan una
reacción química que va degradando todos los componentes contaminantes en el
agua mientras circula por cada uno de los conductos, dando como resultado un
líquido totalmente purificado y apto para el consumo humano.
Matos explicó que el impacto
ambiental de esta tecnología es prácticamente nulo ya que emplea luz solar como
fuente de energía limpia y tampoco se requiere del uso de aditivos químicos,
surfactantes, cloro, ozono, entre otros componentes que resultan contaminantes
para el ambiente y dañinos para la salud de los seres humanos.
“Ni siquiera se necesita tener
grandes estructuras de cemento ni mucho menos mantener el equipo enchufado, pues
con celdas solares se puede generar la electricidad que requiere la bomba para
trasladar el agua hacia los tubos del colector, el cual tiene entre 10 a 12
años de vida útil”, detalló.
Calidad del agua
Las aguas de desecho de los
hogares, negocios y fábricas son recogidas mediante un sistema de tuberías
subterráneas que vierte su contenido en los ríos, lagos o mares cercanos. La
mayoría de estas aguas residuales deberían recibir un tratamiento especial
antes de su vertido final.
Venezuela cuenta con el
decreto N° 883 sobre las “Normas para la clasificación y el control de la
calidad de los cuerpos de agua y vertidos o afluentes líquidos”, que establece
los criterios sobre los niveles de calidad exigibles para cada uso (doméstico,
agropecuario e industrial) pero el crecimiento de la población ha causado un
colapso de los servicios y la progresiva contaminación de los ríos. Por ello,
organismos como el IVIC, han logrado desarrollar mecanismos alternativos que
pueden aportar una solución más efectiva y económica ante esta situación.
Plantas de tratamiento vs colector solar
Además de requerir una
infraestructura específica, una planta de tratamiento limpia el agua mediante
varios procesos. En una fase preliminar separa los sólidos (orgánicos e
inorgánicos), luego activa un proceso de oxidación biológica, posteriormente da
paso a una sedimentación y, finalmente, es desinfectada con cloro para eliminar
las bacterias patógenas. Esta agua sólo puede ser usada para el riego de áreas
verdes.
El especialista del Ivic
explicó que para tratar aguas servidas con la novedosa tecnología que ha
desarrollado, se requiere de un sistema mixto donde también se aplica la
separación de la materia orgánica e inorgánica, se cumple con el proceso de sedimentación y luego entra al colector solar
fotocatalítico, el cual se encarga de purificar el agua, “a tal punto que la
podemos consumir nuevamente o emplearla como agua de riego”, señaló.
Por último, Matos indicó que
Venezuela se encuentra en la franja de mayor radiación solar del planeta, por
ello asegura, que el escalamiento de colectores parabólicos (ya empleados en la
plataforma solar de Almeria – España) es la solución más eficiente a corto y
mediano plazo para el problema de la contaminación no sólo del agua sino
también del aire.
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