miércoles, 29 de junio de 2011

Significado histórico de la Comunidad Latinoamericana y Caribeña de Naciones

Este 5 de Julio, nuestro país será sede de un acontecimiento de gran trascendencia: la resurrección del sueño bolivariano del Congreso Anfictiónico de Panamá.
En la carta de convocatoria del 7 de diciembre de 1824, El Libertador afirmaba que el día que se produjera esa reunión “se fijará en la historia diplomática de América una época inmortal”.
Ya Bolívar había anunciado su visión en la Carta de Jamaica en septiembre de 1815 y era en esencia la misma propuesta mirandina de la Colombia.
Ciertamente será la derrota diplomática más severa que haya sufrido el imperialismo estadounidense en toda su historia. Por primera vez, las otrora naciones sumisas al “destino manifiesto” se unirán en una sola voz continental sin la tutela gringa.
Destaquemos un detalle de lenguaje, el organismo de integración hemisférica se llama Comunidad. La verbalización presagia que nos uniremos en lo común.
Comunidad porque somos pueblos hermanos en historia y causa.
Somos 32 países con 20 millones y medio de kilómetros cuadrados y más de 500 millones de personas,  que generan más de 6 billones de dólares de PIB anual.
En este patio el imperialismo clavó hace siglo y medio sus colmillos sin haber saciado aun su voracidad de saqueador empedernido.
Mezquinas estrategias divisionistas impidieron secularmente nuestra unidad. “Realizaron la labor de desunir nuestras manos, que a pesar de ser hermanos, nos miramos con temor”, decían los versos de Pablo Milanés en aquella magnífica Canción por la Unidad Latinoamericana.
Ahora la responsabilidad política de los jefes de gobierno no tiene otra salida que ajustarse al clamor de los pueblos.
Porque no son los capitales ni los demagogos los que garantizarán la idoneidad de esta nueva alianza americana, es y será la movilización popular de los sectores más avanzados de nuestros pueblos la verdadera fortaleza que hará realidad la independencia dos siglos después de las gestas heroicas de los libertadores.
En este tiempo de libertades que deshace las máscaras, también somos libertadores en la militancia revolucionaria o la simple actitud patriótica honrada.
Todos estos meses previos al histórico 5 de julio de 2011, los imperialistas han padecido un peligroso despecho y han intentado toda clase de patrañas y triquiñuelas para sabotear el encuentro.
Pero la historia se mueve a favor de los cambios, y ha llegado el momento de saltar hacia el futuro con los pies sembrados en las raíces y sin olvidar la trama de traiciones que impidió el nacimiento de los sueños bolivarianos.
El 5 de julio próximo, la bella isla de Margarita, cuna de los valientes guaikeríes, verá el amanecer más temprano que de costumbre. Nacerán soles indoamericanos que antes fueron enterrados por oscuras intenciones.
Bienvenida la Comunidad de Nuestra América. Ha comenzado una historia que fue callada hace dos siglos.
Triunfo bolivariano, triunfo de la Patria Soberana.
 
Yldefonso Finol
 
 
 
 

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